El #NoFap y los efectos negativos de la masturbación

¿Realidad o propaganda moralista?

Una vez superado el miedo ligado a las creencias religiosas y la masiva cantidad de estudios al respecto, uno creería que en 2024 tenemos una sociedad bien informada sobre la masturbación, que no se alarma o esconde tras tabúes. Entonces, cuando encontramos movimientos populares en crecimiento, tras consignas como “#NoFap” (no-masturbación), nos empezamos a cuestionar: se han descubierto efectos negativos ligados a esta práctica?

 

En el pasado (por los años 1700, casi nada) se creía que algunas enfermedades eran producto de la masturbación; iniciando el XX, el mismísimo creador de los cereales Kellogg’s (John Harvey Kellogg) insistía en que el estilo de vida sano que brindaba el desayuno que proponía, dependía de que se dejara de lado el autocomplacerse; mientras que a la segunda mitad del mismo siglo, lo común era relacionar el masturbarse con proliferación de acné, problemas de crecimiento y de la vista.

 

A la fecha, ninguno de estos mitos ha sido científicamente comprobado, pero si algo es cierto, es que luego de tantos años dándole una carga negativa, la vergüenza es como mínimo un sentimiento que ha unido a los masturbadores a través del tiempo. Pero entonces, ¿a qué se deben las tendencias anti-masturbación en redes sociales?

 

En el Diario El País, se trajo a debate un post de Instagram con miles de likes que afirma cosas como que, la masturbación, “consume energía, destruye la felicidad y reduce los niveles de testosterona”, siendo la cantidad de aceptación del post lo que llamó la atención, por ser indicador de que estas ideas, sin ningún respaldo científico, son tremendamente populares.

 

No solo lo que se afirma en redes sociales carece de fundamentos, sino que, creencias aún más sonadas, como la que infiere que el autocomplacerse altera el rendimiento deportivo, es otro de los tantos mitos que la ciencia ha desmentido categóricamente. En contraparte, los beneficios físicos, sociales y psicológicos están más que comprobados.

 

Según el educador y terapeuta sexual, Sergio Julve, además de aumentar la dopamina y oxitocina, disminuir el cortisol, reducir las posibilidades de disfunción eréctil, fortalecer el piso pélvico y nuestro sistema inmunológico, la masturbación conduce a un mejor conocimiento de nuestro cuerpo y placer, lo que acompañado de una buena comunicación, mejora las relaciones de pareja.

 

A pesar de todo lo mencionado, el rechazo a autosatisfacerse permanece. Quitando la lógica y la evidencia científica, solo nos queda la moral como la gran causante de este fenómeno.

Una posible explicación

En principio, con la idea de que el sexo servía solo con motivos reproductivos, para limitarlo a la continuidad de la familia y las tradiciones, se empezaron a compartir mitos que hicieran ver cualquier práctica sexual no-reproductiva como pecado y, más tarde, enfermedad. Por otra parte, el doctor Julve relaciona al capitalismo como partícipe de esta “mala fama”, dado que es un método de placer gratuito, que no movía las costumbres de consumo, como sí lo hace la religión, por ejemplo.

 

El NoFap surgió en 2011 tras un estudio que asociaba la abstinencia de la eyaculación con el aumento de la testosterona, pero la evidencia al respecto es mixta y limitada. Este movimiento, sin embargo, ha ganado seguidores que promocionan sus supuestos beneficios, desde una mayor autoestima hasta el crecimiento muscular más fácil. Sin embargo, expertos como Sergio Julve advierten sobre los peligros de la sugestión y la falta de evidencia clara sobre los beneficios reales de abstenerse de la masturbación.

 

Aunque el NoFap se dirige principalmente a hombres, también se han observado casos de mujeres que han compartido sus experiencias al dejar la masturbación. Sin embargo, la falta de evidencia clara sugiere que los beneficios de abstenerse de la masturbación pueden no ser diferentes entre hombres y mujeres.

 

En cuanto a los posibles efectos negativos de la masturbación, estos están más relacionados con una actitud obsesiva o adictiva hacia la práctica que con la práctica en sí misma. La adicción a la masturbación, asociada comúnmente con el consumo de pornografía, puede afectar negativamente la vida cotidiana y la salud mental de una persona. Sin embargo, no hay datos claros sobre la prevalencia de esta adicción, lo que sugiere que no es un problema generalizado.

 

Por lo tanto, la masturbación en sí misma no es negativa, pero puede volverse problemática si se convierte en una obsesión o una adicción. Cada persona tiene una sexualidad única, y lo que puede ser beneficioso para algunos puede ser perjudicial para otros.

 En Dejavu promovemos la sexualidad responsable, y la masturbación como metodo de autoexploración invitamos a buscar profesional si se experimentan problemas relacionados con la masturbación o cualquier otra conducta sexual.

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